*Jaime, Palazzo de la Podestá*
Jaime me contaba que cuando estuvo en Bolonia, debajo de las arcadas de la Piazza Maggiore, hablando a la pared del Palazzo del Podestá, que tiene una estructura que hace que se cree una especie de teléfono sin hilo y susurrando a la pared, lo que se habla, puede ser oído, por cualquiera que pose su cara contra las paredes, de las esquinas opuestas…
Él me cuenta que hablaba así a la pared:
Yo pude mostrar documentos y dar mi visión de lo que pasó. No quise y callé, y con ese silencio, dejé que la versión que realmente yo no conocía, ni quería conocer, fuera, la que diera cuerpo a que yo no era un buen padre. Las penurias económicas que pasé, pero cumpliendo religiosamente con el mandato judicial de ayuda, no las conté, y la amargura y la impotencia, de ver como la jueza, me negaba la custodia compartida, una y otra vez, y tenía que exprimir las pocas horas que me dejaban ver a la hija, desde que tuvo 18 meses hasta que tuvo 10 años, el cariño y la dedicación que ponía en todos esos momentos paliaban la tristeza, que me suponía no ver más horas y más días a lo que más quería.
Cuando llegó la custodia compartida ganada a la tercera vez, gracias a una ley que el Opus negó durante años, y pude tener alternativamente a la hija, ya habían jugado las cartas de ponerla en un colegio religioso, y la consideración de mal padre era ladrada desde las fauces de las monjas y la madre, y tuve que aguantar y aguanté.
Yo estaba triste, pero me había juramentado que no habría nada en el mundo que me hundiera, y continué y recibí la negación de la hija de ser el padre, y continué, hasta que decayó la salud mental, por donde yo no quería, y nada pude hacer, sino esperar que pasara algo que fuera, finalmente, bueno, aunque yo no estuviera ejerciendo de padre y dando el cariño que poseía, y casi no sabía ya demostrar…
Esa lucha es digna de que a Jaime se le respete, aunque no se le ame... Por reconocimiento a la condición de honrada lucha que mantuvo sin el apoyo de nadie...
Lo malo es que nadie le ha escuchado jamás...
*B.M.*
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