*Tiempo perdido*


 ¡Qué más quisiera yo que comprender todo lo que hasta ahora no he sabido, ni podido, digerir, unas veces por no estar atento, otras, por estar ausente, otras, por estar jugando a juegos intrascendentes, creyendo que sabía lo que no sabía y dando importancia a lo que no la tenía!

 Me parecía que las cosas me ocurrían, como por casualidad, como en El Extranjero de Camus, le ocurría al protagonista, y yo lo aceptaba todo con una fría indiferencia, igual o parecido modo al de la novela. 

Después, con el tiempo, leyendo sobre el absurdismo no me gustó el tema. Yo prefería el existencialismo, aunque resistiendo, buscando la verdad, mi verdad, y la justicia, una muy justa, sin desesperación, con tranquilidad. 


En frase de Camús, puede que yo no estuviera seguro de lo que realmente me interesaba, pero estaba absolutamente seguro de lo que no. 

 

Pienso que, dado que, todos vamos a morir, el cuándo y el cómo no importan demasiado, aunque mientras tanto, no se demuestre la hipótesis de Riemann que es la piedra Rosetta de los números primos, vamos a esperar a ver qué pasa. 


 *B.M.*


Comentarios

Entradas populares de este blog

*Huidas*

*Nules News, 2*

*Camposanto*