*Robar textos*


 Tengo que espabilar, porque he leído que los malos escritores imitan y los más grandes, roban. 

 Yo tengo la conciencia tranquila, por el momento, porque todo lo que escribo es mío, aunque no sé de dónde sale, pero es mío. Mi cabeza es un cocedero, como el lugar donde fermenta el vino. No recuerdo haber leído que tenga yo vino en mi cabeza, pero algo se cuece ahí. 

 Hay una superabundancia de ideas, algunas muy locas, otras más comedidas. He caído en la cuenta de que no funciona escribir para alguien, por eso escribo para mí. Egoísmo puro. 

 Me encuentro mejor ahora, porque las temperaturas de este verano caluroso han bajado un poco. Yo me manejo mejor entre los 12 y 20° que entre los 20 y los 36°. Ha habido momentos en que el calor me aletargaba; demos, pues, la bienvenida al otoño. 

Hablando del otoño y del vino. Vivaldi me encanta, le llamaban el cura rojo, Il prete rosso, porque era cura católico y pelirrojo. 

En las cuatro estaciones, cuando acomete el otoño, describe la vendimia, tiempo de alegría, el borracho y el borracho cuando se duerme, acabando con sueño su gozo. 


 Mientras escribo esto, oigo el otoño porque ahora es el tiempo de la vendimia y la idea del vino en mi cabeza me ha acercado a esta excelente y relajante música. 

 

Volviendo al principio, no me veo capacitado ni con conciencia para robar; si lo hago alguna vez, avisaré. 


 *B.M.*


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