*Vuelta a la realidad*
Cuando te lo propones y tienes suerte y llegas a dominar el estilo y la claridad de lo que quieres decir con o sin cámaras y micrófonos, y no te produce desasosiego lo que has dicho o escrito, ya tienes avanzado un tramo del intrincado camino de la comunicación. Después, que guste o no, ya es otra cosa.
En lo referente a la escritura, si todos los escritores que no han tenido demasiados lectores o no les ha llegado el éxito de forma patente, si todos ellos tuvieran que estar enfadados con sus hipotéticos lectores por no leerles o consigo mismo por la escasez de triunfo, serían legión.
A medida que uno avanza en el sentido literario, va perdiendo el escenario de la realidad, porque la imaginación vuela hacia zonas etéreas y se olvida del terreno que pisa la mayoría de los humanos. Esa vuelta a la realidad es el reto ineludible para hacerse comprender. El grado de profundidad de lo asimilado va a ser el resultado de la conjunción de muchos factores exógenos y endógenos que no dependen de ti, ni de nadie.
Yo creo, que hace un tiempo ya, que he perdido la amistad y el contacto con el obispo, si no le preguntaría cómo va eso de la ayuda celestial, aunque creo que es otra nadería de las suyas.
*B.M.*
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