*Louvre, martes cerrado*
Ese martes salí de casa de Sara a las 8:00 de la mañana, en bici, con la mochila cargada con lo que me habían pedido, dos botellas de Viña Real Reserva y una paletilla entera de Jabugo, compré el pan al lado de la Academia des Beaux-Arts; crucé el puente que lleva al Jardin de l’Infante y entré por la puerta trasera donde está la Victoria de Samotracia, en un despacho estaban esperando para el almuerzo y mi apuesta, Sara, su marido Antoine y Marie.
Los martes estaba cerrado al público el Louvre, pero nosotros no éramos público. Estábamos allí porque Sara había perdido solemnemente una apuesta conmigo. Ella quería entrar en el camerino de Bruce Springsteen y yo le dije que podía conseguirlo, ella que no y yo que sí, y apostamos: Si te meto en el camerino, me tienes que dejar hacerme fotos haciendo el pino delante de la Gioconda, y aquí estamos. Como no voy a enseñar las fotos, pues prometí no enseñarlas nunca, fuera de amigos íntimos y familiares, el creeros que lo hice, va a ser cuestión de fe, como lo de Tomás con Cristo, más o menos.
¡Benditas locuras que nos dan la energía para alcanzar las más altas cotas y las simas más profundas…!
*B.M.*
Comentarios
Publicar un comentario