*El valor de las cosas*

 Van Gogh tuvo que esperar a la muerte para que su obra fuera reconocida. Apoyado por su hermano pequeño toda su vida, que hizo de mecenas, Theo, fue confidente y amigo, en una carta, Vincent le dijo a Theo, que su juventud había sido triste, fría y estéril. 

Van Gogh no se enteró nunca del legado que dejó, ni de su influencia en el mundo del arte, ni de su lugar en el ranking pictórico mundial, ni del valor dinerario que alcanzó su obra después. No creo que le importase todo lo posterior a su muerte, porque él nunca supo lo que había pasado con posterioridad. 

¿Qué sería, pues, lo importante de su obra? La satisfacción de los momentos al realizarlo, seguramente, porque no habido nada más para él.  

Hace un tiempo, viví en primera persona, los preparativos de una boda, una ilusionada y emocionada novia, con familiares en el mundo de la alta costura, y yo, aunque no entiendo de eso ni una palabra, soy lego completo en la materia de las agujas y las telas, me pareció de un lujo y un trabajo dignos de encomio, por la dificultad y complejidad de los acabados y las filigranas resultantes. El traje precioso, digno de pasarela parisién. 

 

Pero los duendes y las brujas malas, que viven en los rincones de las casas de los ricos, tenían preparada una jugarreta de las suyas, y se conjuraron para que la víspera de la boda el novio se volviera atrás, por causa de un amor declarado a una tía carnal de la novia. 

Con todo y con eso, no hubo boda, y el traje nunca se estrenó, y yo me pregunto si el magnífico traje perdió su valor por esa anómala situación, o ya tenía todo su valor, al ser entregado completamente acabado, para la ceremonia. 

Viene a ser como el caso de Vincent Van Gogh, que no logró saber de su póstumo triunfo. 

Luego, si hubiera lugar a celebrar el valor de alguna de las cosas, tanto un cuadro de Van Gogh, como del traje nupcial, el valor intrínseco se tendría en el momento de su terminación, una vez acabado ese es su valor, las circunstancias posteriores son física cuántica, como la gata de Schrödinger, porque es gata. 

 *B.M.*