*La comunión laica*
Habían decidido en casa que el hijo, dada condición familiar de no ser católicos practicantes, no tomaría la comunión, ni la confirmación.
Llegado el punto donde la iglesia “obliga” a elegir religión, en las escuelas. Eligieron ética y naturalmente no asistía el hijo a misa ni al “rebañito" para preparación a la comunión.
La familia del niño, con amplia red de amigos y amigas, había estado yendo a comuniones de los demás, haciendo el correspondiente regalo, en términos económicos, unos doscientos euros por comunión.
La madre, pionera, al llegar la fecha de las comuniones de los compañeros de clase de su hijo, mandó imprimir unas invitaciones para celebrar la parte social del evento eucarístico. Y en mano dio las invitaciones que llevaban el número de cuenta bancaria donde hacer el ingreso. Hubo alguna sorpresa, pero después de pensarlo, como todos habían recibido en su momento su correspondiente ingreso, ingresaron y confirmaron la asistencia al evento.
El niño tuvo sus regalos y su fiesta, se ahorró el traje de comunión, el óbolo al cura y los desfiles sin sentido, porque la gente no cree en lo que dicen los curas y los asistentes al evento civil y laico, no tuvieron que comprar vestidos ni zapatos nuevos, para desconsuelo de El Corte Inglés y las zapaterías de la zona.
La pionera sentó las bases de lo que es común hoy, estamos en 2034 y todo el mundo hace lo que inició la pionera hace diez años.
Olé la pionera, olé la normalidad.
Olé!!
ResponderEliminar