*Dia del Padre*
A muchos de los autores que más admiro les veo cara de pena, de amargura, en cada surco de sus facciones. Saramago, Gabriel García Márquez, Manuel Vicent y otros, como si ya supieran que nada vale la pena y que, a pesar de su fuerza escribiendo, están anunciando un futuro de resignación y desengaño, por lo que podría haber sido y nunca llegó a comenzar.
Hoy a una señora le preguntaban por los precios del carro de la compra y dijo que eran inalcanzables para ella.
-¿Cuándo llena usted el carro, señora?
-Cuando cobro la pensión, una vez al mes.
-¿Y mientras?
-Ya nos hemos acostumbrado a distraer el estómago.
Hoy es el día del padre. Estoy con Jaime tomando una copa de cava -a él le gusta y a mí no me disgusta- y hablamos, hablamos bastante.
-¿Te falta algo Jaime?
-Lo sé, como siempre no es fácil acostumbrarse.
Jaime asiente.
Aún faltan tres horas y media para que acabe el día y yo sé que aún cree que le felicitará, Cristina.
Yo creo que no, pero es mi amigo y no le quito la esperanza… Un año más.
*B.M.*
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