*Ciencia*
Cada vez que leo lo último de Hawking y su ayudante Hertog, mi cerebro sufre varios vuelcos, como cuando subo al Dragón Khan, pero estando en tierra. Mis células grises no acaban de quedar tranquilas cuando sé que el genio dice que con el Big Bang no se creó un universo, sino miles de millones de universos, y que en este momento puede haber millones de “Tierras” en fase de era primaria o cuaternaria. Con Tiranosaurus Rex y hombres de Cromañón, campando a sus anchas y pintando paredes altamiranas o valltortianas.
El punto álgido de mi sorpresa se produce cuando atisbo la entrada del conocimiento de que todos los diálogos y todo lo hablado en la historia no se ha perdido en el silencio y que va viajando en unas frecuencias, que pueden ser registradas en una especie de CD’s de ródeno y otras piedras abundantes a las que solo les falta enchufarlas en el aparatito que registre y lea lo que hay en modo sonoro. Cómo lo almacenamos o distinguimos si lo dicho es de Séneca o de Gil y Gil o Aznar, ya lo iremos viendo.
Por el momento vamos teorizando y quedando embobados, al menos yo, con lo que nos va dejando ver el Web, hasta que funcione el Giant Magellan Telescope, de ahí mi interés en ir al desierto de Atacama para cuando esté instalado, y ver a mi amiga Irma, chilena de ojos de un violeta precioso, como sacado de uno de los miles de universos de Stefan.
Estoy alucinando a pesar de mi pobre conocimiento del medio.
*B.M.*
Interesante. Muy interesante. El poder fáctico enseguida intentaría monopolizar y manipular el asunto en su beneficio.
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