*Notting Hill*
En la sobremesas de las comidas entre amigos, en Inglaterra, como se muestran la película Notting Hill, siempre se pone un brownie de más, para que se pueda pujar por él y luego gana el que relata una existencia más patética y fúnebre.
Competí con húngaros huidos de su país para trabajar en Londres, con un ex cantante famoso, alcohólico, con una catalana, madre soltera y un vallisoletano que no encontraba pareja en ninguna parte. Me acostumbré a ganar yo con mi historia arrugada como una pasa. A la historia habría que añadir la sensación algo agria, que la distancia me daba, solo me producía nostalgia el “socarrat de la paella y les botifarres de seba seques”.
¡Que fort!
Pero no quiero contarte mi historia, no hay brownie y tú tienes mucha pelusa en el ombligo. Ve sacándotela y cuídate y ya hablaremos.
Por cierto…estoy avanzando mucho en la búsqueda de una religión que me llene. Y he descubierto que necesito una que tenga diosa, no dios.
Es que estábamos equivocados, como cuando entras en la sala en la que echan una película que no quieres ver y te das cuenta tarde, al cabo de 20 minutos y ya no cambias.
También tenemos misa, pero empieza con un amén y va rebobinando hacia atrás. Es mucho mejor. Ya lo verás.
El cura en vez de vino, bebe anís del Mico…¡Que listo es el clero!
*B.M.*
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