*Jugar en Bolsa*

 Hoy me he encontrado con un amigo al que intenté tener de cliente en el Banco, hace cuarenta años. 

Ha tenido una vida, a mi parecer, espectacular, de progresión personal en cuanto a la economía, pero con un resultado final nada admirable, porque ha alcanzado cotas de poder adquisitivo de ranking nacional, compaginado con una estrechez de miras en cuanto a gasto realizado, vamos, que es un tacaño de marca mayor. Un sufridor de libro.

Su historia es como comienzo a contaros: No le gustaba la escuela,  no le gustaba el campo, su padre tenía algo de tierra de naranjos, pero él puso un taller mecánico, era la época del 600 y del 850 y similares. Le llevabas el coche arreglar y pasaban los días y nada decía, ibas a preguntar y lo encontrabas enfrascado en la lectura de libros de Bolsa y Finanzas y Matemáticas Avanzadas, para lo que era un portento. Vendió la tierra y con el conocimiento que tenía de bolsa invirtió en el Banco de Andalucía. Fue un pelotazo mayúsculo. Puso uno y se convirtió en 100. Y continuó con sus inversiones y a la cuarta ya era multimillonario. Parecía una broma. Pero yo vi las cifras. 

Sin estudios palpables, ha sido profesor emérito en Castellón y Valencia. Charlas, clases magistrales. Increíble. 

Le damos la enhorabuena por su éxito económico. 

Hoy cuando lo he encontrado no me conocía. No ve bien. Ve muy poco. Después ya me ha conocido y me ha contado cosas que hicimos conjuntamente. 

Yo, en plan cabrón, le he preguntado ¿eres feliz? Me ha dicho que no, nada feliz. Infeliz total. Que ha perdido la ilusión de las cosas,  que la vida ya ha pasado para él. Que no quiere nada, que no espera nada y que como no es creyente, no sabe qué hace aquí. 

Yo le he dicho: Gasta como si estuvieras loco, yo te ayudaré, o crea una fundación para ayudar a estudiantes o pobres. 

No quiere saber nada de nada. 

Le he preguntado por la provincia,  que como ve el futuro de la provincia. Y coincidiendo conmigo ha dicho: Se la han cargado desde Europa, con la ayuda de los políticos de España, desde hace tiempo. Si tuviera 35 años me iría hacia el norte de Europa, esto no tiene futuro alguno. 

He quedado con él para intentar que me cuente cosas. Al fin y al cabo es un personaje de los que solamente entran dos en media docena. 

Veremos si consigo hacerle hablar y os lo seguiré contando.

*B.M.*