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*La investigación*

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  Desde una comandancia de la zona del Sil se informa que han sido incautadas las partidas que quedaban de las botellas del vino Díolo de Ribeira Sacra, para su análisis, aunque medios cercanos a la investigación informan, en privado, que es fácil suponer que, en el supuesto caso de ser el vino causante de las muertes, solo estaría contaminado el que quedaba en las cocinas anexas a la catedral de Valencia.  Realizadas las pesquisas necesarias con los once laicos que estuvieron en la misa solemne de Santa Lucía, se aclara que dos eran menores de cuatro y un años respectivamente; el padre y la madre son de Mislata y parientes de uno de los oficiantes. Un señor que estaba sentado en la penúltima fila de la izquierda es el dueño de la cerería proveedora de la catedral y libre de sospecha, porque tiene las facturas cobradas hasta la fecha. Una pareja de la fila de la derecha son invidentes, recién casados y asistían por sentir el ambiente y porque son muy cristianos. Otra pareja de...

*¿Envenenamiento?*

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  Múltiples fatalidades han ocurrido en las últimas horas, un horrendo drama, lo que parecía un día apacible, solo maculado por la lluvia que hizo que la afluencia a las tiendas fuera menor que en otros días, y ya se sabe: calle mojada, caja vacía. El día acabó mal; cinco Samu hicieron falta y un helicóptero medicalizado también fue menester para trasladar a ocho de los canónigos que habían asistido a la comida del día de Santa Lucía. Una delicia de comida, no sobró nada. En el Clínico están analizando cuál sea la causa de la terrible gastroenteritis que ha desembocado en el óbito de ocho de los trece comensales. La policía científica ha apresado esta mañana a dos hermanos, que estaban en la última fila de la capilla; tuvieron que localizarles, siguiendo las cámaras de vigilancia de los distintos locales de la zona y del parking, donde solo accedió uno de ellos. Hay sospechas sobre estos individuos, porque entraron en una tienda de numismática y objetos de colección y minerales y e...

*Lucía patrona de los ciegos*

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  Aunque no es día feriado hoy 13 de diciembre, el santoral católico celebra Santa Lucía, patrona de los ciegos, ¿no lo sabías?, y por Santa Lucía mengua la noche y crece el día.  Este ha sido para mi hermano y para mí un día de fiesta.   Escribo esto a la hora en que los trece, eran trece canónigos, ya casi octagenarios todos, deben estar zampándose una comida digna de sus púrpuras y sus armiños; el que sabe de lo que hablo, ya lo sabe; para los demás habría que comenzar con aquello de: In illo tempore y ya se está acabando el año y no me da, no me va a dar tiempo a explicar tanta cosa. La comida, estoy seguro de que debe haber estado confeccionada con amor y con tiempo. El primer plato seguro que será sopa cubierta, con todo, el caldo hecho con aguas celestiales, gallina, huevo duro y los higadillos, cortados en trocitos y muy fritos, fideos del número cuatro y curruscos de pan, sin faltar gallinejas y entresijos para los más castizos. De segundo, merluza de pincho...

*Caridad cristiana*

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  Mi ración de caridad cristiana, por las reminiscencias que aún me quedaron de mis épocas de pseudoreligiosidad, impuesta por el régimen, que en aquel entonces decían que era un regalo de su dios, por eso y porque vivo en un pueblo, que al amparo del euro donado para procesiones, enaltación y fervor a patronas y otros cuerpos celestes, es un caldo de cultivo para ejercer mis intrínsecos buenos sentimientos, nacidos de la bondad y el sufrimiento de mis ancestros, mi ración de caridad cristiana, digo, la ejerzo, soportando los ruidos a deshora, en la madrugada o durante el día, que producen los que viven en el piso que está encima del mío. No me he permitido decir que sean vecinos o convecinos, porque eso implicaría un grado de bondad o familiaridad que no existe y que difícilmente se vea alterada la animadversión que está flotando en el ambiente por algo más cercano y amigable. Así pues, tengo guardadas en la nube un montón de bolsas con calma provocada por escuchas de música relaj...

*El monaguillo y el torno*

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  Yo no tendría más de ocho años de aquel suceso; fue como una entrada al infierno, o al menos a algún lugar ignoto y misterioso. Tal vez decir infierno es mucho decir, ahora que se sabe, vía fe, que el infierno no existe físicamente, aunque en mis tiempos jóvenes existía, y era un lugar de llanto y rechinar de dientes y torturas y fuego eterno. Lo dicho, entré a algo tenebroso y tal vez peligroso. Yo era en ese tiempo monaguillo en un convento de monjas de clausura; pululábamos por allí una decena de niños acólitos que íbamos atraídos por las pesetas que circulaban por trabajos como ayudar a decir misa, en latín; aún me la sé toda, y pagaban también por entierros, bodas, bautizos, etc. En aquel convento, como no sabéis los que no conocéis ninguno, había un torno por el que se metían a la clausura las viandas para comer las monjas, las sábanas y ropas que bordaban y pasteles y dádivas.   Las monjas que vivían una vida de contemplación, eso dicen, no sé si tomarían hierbas...

*Iglesia down*

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  Un poco de luz habría que poner en el asunto, ya que después del estudio centrado en el trabajo de investigación, por la disminución de asistentes a la Iglesia Católica, contempladas las razones de la influencia de la secularización y la relajación de la moralidad y la sexualidad y la dejadez de la familia, que no obliga a los jóvenes a ir a misa, los abusos de los curas con los niños y la falta de castigo a los pederastas. Todo este estudio dio como resultado cifras y más cifras, pero había que escuchar directamente a los que eran pro y a los que eran contra la iglesia, para conocer qué estaba pasando.   Los falleros de Burriana y Valencia se repartieron el trabajo y realizaron belenes de tamaño king size y, dentro de la figura de José y María en unos casos y dentro del buey y la mula, en otros, se apostaron los curas, el cura ecónomo y el rector de cada parroquia y estuvieron horas y horas oyendo a los visitantes en directo sin que se les viera a ellos. Se oyó de todo, per...

*Aniversario*

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  Estoy cambiando mucho de opinión en los últimos tiempos y cosas que no me gustaban ahora me gustan, amo cosas que odié y odio cosas que amé. Ya te conté que estuve preso con Miguel en Argel, aunque los escritos digan otros sitios y lugares turísticos, por cuestiones económicas, para publicidad, para sacar dinero. Miguel me convenció de palabra; si le has leído algo, verás que tiene facilidad, aunque tú y yo sabemos que casi todo el Quijote lo escribimos entre los dos, pero a mí lo de constar no me hace ilusión. Pues si por escrito convence, de palabra es algo portentoso; yo no quería ir, pero como a él le prometieron ser el de los dineros del rey, allá que fuimos, de desastre en desastre y de lupanar en lupanar, y después hay quien dice que si era marica; ya te digo yo que no, ni marica ni manco, es puro marketing. Esto quería contarlo hoy, que hace años, justo hoy, que nos soltaron en Argel y ya fuimos de camino a Sevilla… Estoy cambiando tanto de opinión, que a quince líneas de...

*La parte gatuna de los humanos*

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  Estaba aflorando por doquier la parte felina de los humanos, y daban miedo las reacciones que se manifestaban sin provocación alguna: arañazos, mordiscos… El cambio en la alimentación había apartado a los llamados humanos de los gatos, los felinos más manejables, y el ADN había dado un vuelco sin precedentes, pero lo que quedaba en base era imposible de ambulatoriar y se podía atender sin requerir hospitalización, ni pernoctar en los centros.   La acumulación de pacientes en los hospitales atrajo a ministros de la diosa Bastet, diosa de los gatos, que estaba también asociada a la protección de las mujeres, obsesionadas con la recaudación de riquezas, no sé por qué.   Nadie había previsto que los huevos y el aceite alcanzaran los precios desacostumbrados del momento, y ese hándicap dio lugar a que no se pudieran hacer las tradicionales pastas de Navidad y el chocolate de las meriendas se tuvo que mojar con pan candeal, que aunque es difícil de confeccionar, es ...

*Peines con demasiadas púas*

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  Ahora que me estoy quedando calvo, los peines con tantas púas me parecen un exceso y las lagrimógenas imágenes navideñas de los que vuelven, para un rato, a su casa y en ese ínterin no se despegan del móvil, me parecen otro exceso. Habría que propiciar la comunicación y, desde el día 17 de diciembre hasta el 10 de enero, por ejemplo, que no hubiera comunicación por móvil ni radio y que la gente tuviera que hablar y preguntarse qué, qué demonios me dice este que dice ser mi hermano o esa que me llama papá y yo no sé realmente quién es. Me tienen confundido con tanta familiaridad; no le veo la gracia a tanta cercanía.  Con tres resúmenes de cuentos de Dickens y la promesa de ser mejores personas en el futuro y reflexionar sobre la familia, un rato solo, porque te das cuenta de que en la mesa cada cual va a lo suyo y entonces vas y te montas tu Navidad como te viene en gana; cuando te das cuenta, ya estamos a 11 de enero y ya casi vuelve el calor del verano, se te pasan las res...

*Mis pastillas*

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Mi imaginación ha evolucionado de una manera que no sé definirla. En un congreso de antropólogos o psicólogos o médiums le pondrían un nombre a mi caso entre alemán y francés para que sonara misterioso y dirían que tengo el síndrome de vetetúasaberqué. A mí que, a veces, cuando tengo tiempo y no estoy viajando por los Andes o por el K2, aunque sea imaginariamente, me da por la introspección; en una de esas me di cuenta de que lo que veía en la deshabitada casa en frente de la mía no eran fantasmas ni nada parecido. Tardé casi once meses en cercionarme de la situación y de la visión que yo hubiera jurado que veía, incluso con movimiento. Me callé porque me daba vergüenza.  Lo que había ocurrido era que miraba con los prismáticos, potentísimos y con luz de visión nocturna, es decir, que podía ver en la oscuridad; miraba, digo, sin haberles quitado los protectores a las ópticas y llevaban la etiqueta de la marca checa por dentro. Yo veía allí a dos mujeres con subfusil, apuntándome, y...

*El oro y el techo*

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Si el ruiseñor, el jilguero y el mirlo quisieran lucir sus melodías y hacer oír sus sinfonías naturales a muchísima gente, irían a las aglomeraciones de público para hacerse admirar. Si el halcón peregrino quisiera alardear de su velocidad, pasaría por los estadios repletos y robaría el balón para obtener exclamaciones y aplausos.  Pero la naturaleza ofrece sus espectáculos más asombrosos sin necesidad de público; las proezas son intrínsecas a su hacer y estar, no hay pose, es todo innato y no les hace falta que se lo digan. El colibrí es bello y no hace falta que lo sepa; el guepardo es rapidísimo y no busca medallas; el hombre honrado lo es y no alardea de ello.   Hace un rato he visto a una persona que se disponía a dormir en los porches del ayuntamiento, casi en la calle, entre bastante suciedad, y me he preguntado cosas.   He leído y he visto fotografías de una leona que en su lucha diaria por alimentar a su prole quedó ciega y desde hace dos años, otras le...

*Cartas de amor*

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  Las comidas de Navidad y las grandes cenas tienen la tendencia unívoca de gustar a primera vista, dar euforia momentánea y después hacerse bola. Es lo mismo que ocurre con los grandes libros como la Biblia, el Kamasutra o la Constitución, que dicen muchas cosas, te llenan el espíritu de esperanza y luego nunca se cumplen.  Andaba yo volviendo hace un rato a casa, desde la tienda de verduras, de comprar rábanos, que me gustan por su sabor fresco, crujiente y picante, a veces un poco dulces y otras amargos; es esa indeterminación la que me lleva a la tienda, y me ocurre como con los bombones de Forrest Gump, nunca sabes cuál te va a tocar. Los eventos inesperados, buenos o malos, son la sal y la pimienta del día día, por eso compro rábanos rojos, pero volviendo a lo anterior, iba diciendo que iba a casa desde la tienda y he visto a una mujer, en el cajero del banco, sacando dinero y en una mano, llevaba unos sobres con la dirección postal, escrita de puño y letra, con buena ca...

*Mujer con vestido verde*

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  El lugar tiene el empaque y la prestancia más que suficientes para una celebración. El mar se huele, a 20 m se puede tocar el agua jalonada de embarcaciones, de alto nivel… El salón principal está a cubierto y afuera hay terrazas, preciosas, soleadas hoy y casi con calor veraniego.  Está lleno, pedimos el almuerzo, tardío ya, son las 11.20 y estamos ubicados en la mesa más céntrica del local. Hay un apreciado silencio y cuchicheos educados en el ambiente. Al fondo una mesa larga con 15 personas y la abuela presidiendo. Y de repente, como aparecida de cualquiera y de todas partes a la vez, llega ella, con su lozanía y su saber estar. Cruza por delante de nosotros, y yo la miro y digo: ¡Qué vestido tan bonito! Ella lo oye, y me lanza una mirada cómplice, revestida de agradecimiento. Lleva un vestido de cuero verde oliva con cuello de zorro que le sienta como un guante. Tal vez esperaba algo de frío porque ya estamos cerca de Navidad, pero le queda perfecto como hecho a medida....

*Visión interesada*

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  Estaba yo observando desde mi altura el caminar de una hormiga que iba flaneando, como suelen hacer las hormigas, en su libre albedrío, y en eso me pasó la vida, rauda, cual conejo huidizo perseguido por galgo o podenco, muy deprisa, mucho.   Analicé sin darme cuenta la situación de cada animalito. Y pensé en el grado de libertad que llevaba cada cual en su mochila vidaria y me pareció correcto, pero de pronto noté que me observaba alguien desde su altura, como yo observaba a la hormiga. Y vi claramente que debió ser Orwell y que tal vez a George le observaba Stuart Mill y este era observado por Tomás Moro, en una perspectiva como la que tenemos cuando desde La Défense ves El arco de triunfo, la torre Eiffel, L'île de la Citée, Nôtre Damme y hasta donde te llegue la vista. Y esa debe ser la visión, interesada o no, de cada cual, como una ensalada con libertad, compromiso, vergüenza y desatino a proporciones de experto alquimista, cuyos porcentajes te da la educación y e...

*¿A Belén?*

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  No me lo puedo creer. ¡Que no van a ir, eso dicen; sería la primera vez en años que ocurriría una cosa así!  Las circunstancias que rodean la situación no son las más convenientes, es la verdad.   Las consecuencias pueden ser apocalípticas, imagínate.   ¿Cómo vamos a ir a Belén?  ¡Que no, que no vamos!  Se han plantado los Reyes Magos.   En la plaza del pesebre está todo preparado y la Basílica de la Natividad adornada como nunca; la Gruta de la Leche va a ser visitada por Trump, eso se comenta por aquí.  Justiniano debió de hacer la reconstrucción en otro lugar. Solo faltaba para rematar, como ocurrió, que los mamelucos demolieran la ciudad.   Ahora ruina sobre ruina. La ciudad está administrada por Palestina. Y la controversia está servida.  No me extraña que el mundo del comercio se haya pasado a Papá Noel… Y es que el reno tiene también su atractivo. ¿A que sí? Con su naricita con luz…  ¡Ay, qué cosita más ...